Poema XX (β) - Pedro Neruda

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "Mi mujer está embarazada,
y tirito de frío sin trabajo, a lo lejos."
El viento de la calle sopla y ella aguanta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo no quise, y a veces ella tampoco.

En las noches como ésta otra me daría abrigo.
La besé tantas veces bajo sucios hostales.

Ella no quiso, a veces yo tampoco.
¡Cómo no haber amado sus grandes...!

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar la tengo y no la quiero. O que quiero y le duele la cabeza.

Oír la gotera inmensa, más inmensa sin ella.
Y el puño cae en la pared como la frustración en la justicia.

¡Qué importa que mi sueldo no pudiera guardarla!
La calle está mojada y no encuentro cartón.

Eso es todo. Cerca alguien jode. Cerca.
Mi hambre no se contenta con un sandwiche de pollo.

Como para acercarla mi mano la rebusca.
Mis amigos la buscan, y ella está muy cara.

El mismo hambre que negrea los mismos dientes.
Nosotros, los de entonces, envejecemos.

Yo no la tengo, es cierto, pero cuántos la tienen..
Mi mano buscaba sus pechos para tocar sus piernas.

De otro. Será de varios. Como antes de tantos otros.
Su voz ronca, su sudoroso cuerpo. Sus ojeras.

Ya no la tengo, es cierto, pero tal vez me alcance...
Es tan corto el horror, y es tan largo el bolsillo.

Porque en calles como ésta la tuve contra la pared,
mi hambre no se contenta con las sobras de las mesas.

Aunque éste sea el último dolor que la muela me causa,
y ésta sea la última vez que abro la boca.

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